-Manejo agroecológico que impacta favorablemente en economía del agricultor y del medio ambiente, dado que se evita uso de insecticidas
Elena Rojas, Zamora
La junta local de sanidad vegetal Bajío-Ciénega de Michoacán de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), en conjunto con la Secretaria de Agricultura, Desarrollo Rural y Agroalimentario (SEDRUA) promueven entre los agricultores el uso de trampas con feromonas para abatir el gusano cogollero en el maíz.
De esa manera eviten con este control alternativo gastos excesivos en insecticidas o químicos, que además de afectar la salud humana (cánceres, intoxicaciones, alergias en la piel), dañan y contaminan el medio ambiente y acaban con las especies benéficas y polinizadoras.
Javier Vega Valdez, encargado de esta junta, explicó “las feromonas son sustancias que la hembra expulsa para atraer al macho durante el periodo de apareamiento”.
“Las trampas con feromonas que atraen y capturan al macho de la palomilla, ya que simulan el aroma de la hembra, evitando los apareamientos que ocurren en forma natural, disminuyendo la infestación de la plaga, ya que el macho cae dentro del agua jabonosa y muere”, mencionó.
Estas trampas están auspiciadas por el gobierno federal y estatal, a través de las dependencias ya señaladas, y con una cuota muy mínima que aporta el agricultor, “la meta es instalar, antes del 15 de Julio mil trampas en el mismo número de hectáreas de maíz, ubicadas en los municipios de Zamora, Ixtlán, Ecuandureo, Chavinda, Jacona, Tangancícuaro y Tangamandapio. Del 15 de Mayo a la fecha se han colocado el 50 por ciento de estas.
Subrayó, “este tipo de control, a través de feromonas sirve para monitorear, ya que antes de tener larvas tenemos adultos. Por tanto, sabemos cómo va a estar la infestación de adultos y nos sirve para controlar”.
Indicó que es importante seguir apostando por combates naturales, ya sea mediante insectos benéficos, como pueden ser trichogrammas, crisoperlas, crisopas, hongos entumo patógeno o el uso de estas feromonas, que contribuyen a un impacto positivo en la economía del agricultor y en beneficio del medio ambiente.
“Recientemente en las comunidades de La Ladera, El Ojo de agua y Aquiles Serdán aplicamos en 100 hectáreas trichogrammas, se trata de larvas que parasitan los huevecillos del cogollero”, explicó.
Consideró que los productores de la región si tienen la consciencia de optar por estas alternativas o bichos naturales, “ya no quieren que residuos tóxicos de insecticidas les aparezcan en sus frutas o granos y se les cierre con ello la frontera con EU”.
“La gente que pensábamos que menos le iban a entrar a aplicar este tipo de controles eran los granos básico, pero ya se están concientizando y más aun cuando les beneficia al bolsillo”, concluyó.
Numeraria
20 pesos aporta el productor por trampa con feromona
600 pesos vale un insecticida en el mercado
70 pesos vale una feromona en el mercado