-Jamás en la historia había un ateísmo tan grande, consideró
-Situación desencadena y agudiza corrupción y varios problemas sociales
Elena Rojas, Zamora
“La sociedad se asemeja a la vida de una persona, tiene sus altas, bajas, sus épocas oscuras, claras. Actualmente la sociedad está pasando por una noche oscura en cuanto a la fe. Y estoy empezando a creer que no es porque el hombre se aleje de Dios. Por alguna causa, Dios se alejó del hombre”, señaló Ana María Rodríguez Rodríguez, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y estadística (SMGE) y especialista en teología.
Así lo externó en el marco de una ponencia sobre los valores de la fe organizada por la (SMGE) ante intelectuales de la sociedad zamorana, quienes cada miércoles se reúnen en conocida notaria del centro de esta ciudad para escuchar conferencias enfocadas en diversos temas: científicos, culturales, sociales, de salud, educativos, entre otros.
Citó un fragmento del poeta místico Juan de la Cruz “¿a dónde te escondiste amado y me dejaste con gemido, como el siervo huiste habiéndome huido. Por lo tanto es él el que se aleja para purificarnos”.
Insistió, “entonces creo que estamos pasando por una noche oscura de la fe, que nos conviene purificarnos. Estamos llegando a la náusea, al vacío existencial, al sin sentido de este materialismo, buscando el placer, el poder, la belleza, las vanidades y cada vez más vacíos. Hasta que como sociedad lleguemos a un punto donde regresemos y nos abramos para cuando Dios esté otra vez con nosotros”.
Comentó, “en tiempos pasados era una teocracia la que nos gobernaba, y nos asfixiamos, abrumamos y nos dio náusea la misma. Ahora nos fuimos al otro polo: un antropocentrismo nos está guiando, el hombre como centro, principio y fin y eso nos está hartando. Primero fue Dios como centro, principio y fin y al hombre se le anuló. Hoy somos el hombre como centro, principio y fin y estamos olvidándonos de Dios”.
“Como sociedad estamos a punto de un despertar donde vamos a unificar a Dios y al hombre y por fin empezar a vivir plenos y en paz. Creo eso como humanidad y en el proceso en que estamos”, mencionó.
Este ocaso de la fe, dijo, lo atribuye “a un proceso de purificación que estamos llevando como humanidad. Y es que jamás en la historia de la humanidad habíamos tenido un ateísmo más grande. Dios se alejó para hacernos ver y entender el vacío que es vivir sin él. Y espero que estemos abiertos para ahora que se está manifestando de un modo y de otro, porque se empieza ya a manifestar. Entonces, estemos abiertos para unir ese mundo de Dios y el humano”.
Agregó, “derivado del materialismo nos estamos olvidando de nuestra parte espiritual, trascendente, más sensible y más importante, nuestra calidad humana”.
“Todo ello ha originado mayor corrupción y ha agudizado todos los problemas sociales, el hambre en el mundo, por ejemplo. Tenemos 900 millones de personas muriendo de hambre, cuando se está perdiendo un tercio de la comida a nivel mundial, que sobraría para darles de comer, pero por los malos corazones, que están lejos de su esencia mística y espiritual, no todos logran acceder a este derecho de la alimentación”, concluyó.
Numeraria
900 millones de personas ene l mundo muriendo de hambre