José Guerra/Jiquilpan.
En este año se conmemora el bicentenario de la capitulación del último reducto insurgente durante la Guerra de Independencia en la Isla de Mezcala capitaneados por el Sacerdote Michoacano Marcos Castellanos.
“Nuestros ancestros, comandados por nuestro compatriota indígena José Santana, originario de Mezcala, se enfrentaron muchas veces contra las fuerzas del gobierno español. Hay que resaltar que las fuerzas insurgentes de Mezcala salieron victoriosas en más de 25 enfrentamientos y que sólo perdieron una batalla, en la que murieron 100 mezcaltecos. Estas batallas se llevaron a cabo en el corazón de Mezcala —sus islas, donde los insurgentes mantuvieron una victoriosa resistencia durante cuatro años (de 1812 a 1816)— y en el lago y sus alrededores; en el pueblo y el campo de Mezcala; en los cerros del Divisadero y San Miguel; en la Angostura y el paso de Cuitzeo; en los puertos La Peña y La Vigía; en la ensenada de Santa Columba; en las haciendas de Atequiza, Buenavista, La Palma y San Agustín; en los pueblos de San Pedro Itzicán, Poncitlán, Ixtlán, Palo Alto, Jamay, Ocotlán, Los Reyes, Tizapán el Alto Tuxcueca, Jocotepec y Chapala. A nuestros valientes mezcaltecos, los españoles y la población que no estaba a favor de la independencia los llamaban indios, rebeldes, revolucionarios e insurgentes revoltosos. Desde Los Reyes, los insurgentes llevaron a la isla 13 cañones. Allí hicieron oficinas o talleres de pólvora y acondicionaron el territorio con lo necesario para subsistir” señala Vicente Paredes en Mezcala: The indomitable island.
En ese contexto y de acuerdo a la biografía oficial del clérigo sahuayense, fue el mismo Marcos Castellanos quien recomendó al líder indígena José Santana fortificarse en una de las islas frente a la comunidad de Mezcala de la Asunción, en lo que hoy es el municipio de Poncitlán Jalisco donde resistieron durante cuatro años (1812-1816) los embates de las fuerzas realistas puesto que:
“La isla de Mezcala es un fuerte inexpugnable por su posición en medio del agua y por su elevación en ronca firme; más cargada al norte y un poco al oriente de la laguna; su distancia a la parte más cercana de la orilla es de 6 ó 7 millas; la isla es un peñón escarpado y estéril aún en sus orillas, en donde están aglomeradas enormes piedras, y sólo en la parte superior suele nacer algún vegetal.
Fue el propio Sr. Cura D. Marcos Castellanos quien dirigió las obras de defensa, formando fuertes cercas en los puntos vulnerables, abriendo cortadas, así como clavando fuertes estacas afiliadas en el fondo del lago; no se descuidó el avituallamiento, se formaron bodegas e hicieron multitud de jacales, ideando de paso el establecimiento de una fábrica de municiones”. (http://chapala.mex.tl/frameset.php?url=/99523_Capitulo-VIII-La-Independencia.html)