José Guerra/Zamora.
El rechazo de los núcleos cercanos es el principal problema que enfrentan los migrantes repatriados, esto de acuerdo al investigador Gustavo López Castro, premio 2015 a la investigación y difusión de la ciencia de la Academia Michoacana de Ciencias.
Explicó que el principal problema es la falta de procesos para reinsertarlos en sus propias comunidades: “Son recibidos en general bien por su familia, no tanto por los otros (integrantes de las comunidades), no tanto por las autoridades, tan es así que no hay realmente programas, políticas públicas o acciones de gobierno que estén buscando cómo facilitar una reintegración o reinserción social más o menos en buenas condiciones”.
Esta especie de rechazo, de acuerdo al también investigador del Colegio de Michoacán, se da principalmente porque los migrantes repatriados llegan a sus regiones de origen a competir por recursos muy escasos en las comunidades: “Llegan a sus localidades o comunidades de origen buscando empleo y los empleos son escasos y van a competir con los que se habían quedado en el pueblo”.
Destacó que con el programa de Comunidades Seguras Barak Obama se convirtió en el principal deportador además de la militarización virtual en la frontera entre ambos países: “Con el programa de Comunidades Seguras, por ejemplo, a cualquier persona la podían detener si traía un foco de la luz de freno quebrado, o si se pasó un alto, o si se estacionó mal, casi por cualquier motivo eran detenidos y si no traían papeles iban a la cárcel”.
En este esquema de seguridad, dijo, muchas de las personas que han llegado a México deportadas estuvieron en la cárcel por este tipo de delitos menores, sin embargo esto genera un estigma sobre el repatriado del que la gente de su entorno cercano solo sabe que estuvo en la cárcel y fue deportado sin conocer las causas del encarcelamiento: “Y este estigma lleva al rechazo; hemos encontrado muchos casos en las comunidades, en los pueblos de este tipo de deportados; sobre todo si son jóvenes, si traen un tatuaje ´son cholos, son gangeros, andan en las drogas, son delincuentes´ si se robaron una manguera del patio ´fue aquel´ ciertamente no es la generalidad”.
En muchos lugares, agregó, se ha aceptado al migrante como una persona que tuvo mala suerte simplemente y que está de regreso”.
Regularmente cuando el repatriado regresa a sus lugares de origen ha perdido su capital humano, social y simbólico; para López Castro, el principal problema reside en que los repatriados no tienen un proyecto de vida a futuro después del evento de la deportación y se convierten en personas que no cumplen el rol que les fue asignado por la sociedad que es el de ser proveedores: “Pierden ese rol de proveedores y bajan en el estatus social respecto a los otros, son gente que entra en estado anímico depresivo, con mucha ansiedad y con altos niveles de estrés y todo esto les impide, desde mi perspectiva, ver las posibilidades de salidas; se encuentran en una situación de vida donde no ven a dónde irse, ellos quisieran regresarse a los Estados Unidos pero saben que es muy complicado pasarse actualmente si no tienes papeles o un buen coyote”.