Se descubre el complot
Noé Ortiz
¿Por qué, a pesar del acceso a medios masivos de comunicación, redes sociales, noticias en línea y blogs, y el acceso a tabletas y teléfonos celulares que nos mantiene en línea prácticamente 24 horas, pareciera que la sociedad sigue siendo incapaz de impactar en el curso de nuestro país?
Contrario a lo que se especuló hace un par de décadas, la internet y popularización de los medios no ha traído como consecuencia la democratización de la información, ni ha puesto a la opinión pública en manos del público, sino que la ha pulverizado de tal manera que aunque todos los días 60 millones de mexicanos publiquen algo en internet, no se genera una presión social.
Dejando de lado la actividad meramente social en redes (frases, fotos, aplicaciones y juegos), pues el aspecto lúdico es una decisión individual que nada tiene que ver con la,función social de estos medios, y busco aquellas publicaciones que me permitan informarme, fuera de los medios tradicionales y oficiales, de los temas de interés.
Abro la lista de tendencias de Twitter y me encuentro que los hashtag destacados son #PierdoLaPacienciaCuando #MixersAreHereForPierre #NoLogro y #QuieroElPaqueteDeAlberto, mientras que la información útil sigue emanando de empresas y personas dedicadas profesionalmente a informar. El resto son imágenes de invitaciones al paro nacional definitivo, imágenes de pejistas acusando a peñistas, de peñistas contra panistas, etcétera. ¿En dónde está esa estructura de sociedad civil independiente que empuja a la opinión pública?
Abro Facebook y el fenómeno es similar (insisto, dejando fuera el uso social y de diversión de la aplicación), pues la información importante es difundida de sitios dedicados profesionalmente a la comunicación, mientras que el muro se inunda de noticias sorprendentes originadas en sitios como notigodinez.com, los videos más chingones o mexicambios recargados, y que nos regalan información de súper huracanes que están por llegar, la muerte de Chabelo o “se descubre el complot, compártelo antes de que lo borren porque Peña Nieto no quiere que lo veas”…
Sigo creyendo que necesitamos un cambio de realidad (que no se agota con un cambio de presidente o de partido, que no es por la destrucción del sistema político, y mucho menos tiene que ver con el desquite y la venganza contra el que no opina como,yo) y que la sociedad civil es quien tendría la capacidad de impulsarlo, pero que aún le falta descubrir en dónde radica su fortaleza y cómo encauzar su impulso, y el tema de redes sociales y opinión pública es uno de los tantos que debemos explorar.
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