Empobreciendo la educación
Noé Ortiz
Sinceramente no entiendo la estrategia de la CNTE de suspender clases como medio de lucha para lograr cambios en el sistema educativo, es un contrasentido que condena su lucha al fracaso eterno, y me explico.
Puedo entender la buena fe de sus intenciones… no, es broma, siempre he sostenido que su lucha es por mantener privilegios y cotos de poder que les reportan beneficio económicos que no podrían obtener por sus propios medios en un mercado laboral competitivo, y no por al bien de la educación; pero supongamos por un momento que así fuera.
La lucha de resistencia social implica la oposición a un sistema para implementar uno diferente, considerado mejor; aún en el inacabado proyecto de la Revolución, encontramos que sus personajes destacados no estaban en contra del sistema sólo porque sí, sino que identificaron qué parte del porfiriato estaba mal y enarbolaron propuestas que se incorporaron al nuevo Estado Constitucional.
Los hermanos Flores Magón y Belisario Domínguez por la libertad de expresión; Zapata y la Reforma Agraria, Madero con su propuesta de establecer un sistema de participación ciudadana cercano a la democracia con acotamiento del poder presidencial; Villa contra el sistema laboral de servidumbre hereditaria; Obregón y el impulso de las instituciones por sobre los personajes, por nombrar algunas de las figuras de este movimiento, son ejemplo de que a pesar de no compartir sus intereses (muchos acabaron siendo enemigos entre sí), tuvieron una idea clara sobre la cuál cimbrar un nuevo sistema.
Tan absurdo como querer reformar la educación cerrando escuelas, es que Madero promoviera la democracia impidiendo el desarrollo de elecciones o los Flores Magón cerrando periódicos.
Diez años de suspensión de clases no han reportado ningún cambio en beneficio de esas 10 generaciones de alumnos que reciben una educación deficiente, que los aleja de la posibilidad de hacerse de las herramientas intelectuales y culturales necesarias para acceder a un nivel de vida económicamente estable y por supuesto cierra la posibilidad de que nuevas generaciones generen las ideas que necesitamos para cambiar.
Por eso esta estrategia está condenada al fracaso, pues aunque el conflicto subsista por 10 años más, ya que el gremio es grande, las acciones sólo empobrecen a la educación y terminan agravando nuestro ya deficiente sistema escolar.