José Luis Ceja Guerra.
La bandera del agua.
Por razones entendibles los aspirantes a la alcaldía de Sahuayo han tomado como tema de debate el asunto del agua potable en este municipio y han adoptado postura que rayan en lo increíble.
Y es que justamente el agua potable el Talón de Aquiles de esta ciudad que ha sufrido la carencia de este recurso desde hace varias semanas y obviamente esto tendría que ser utilizado como un botín en estos tiempos electorales con mayor o meno tino por cada uno de los aspirantes.
Por un lado el candidato del PRI/PT/PVEM Ricardo Sánchez ha anunciado que de ganar la contienda, a partir de su toma de posesión condonará los adeudos que guardan los usuarios para iniciar de cero a partir de su toma de protesta; evidentemente para valorar su propuesta se tendrían que tomar en cuenta varios factores, entre éstos el hecho de que hasta la última actualización los usuarios adeudan al departamento de agua potable la friolera de cerca de 30 millones de pesos y de que para hacer la condonación se tendría que modificar el Código Fiscal Municipal y eso puede hacerse solamente por el cabildo vigente.
Otra de las posturas es la de Rodrigo Sánchez candidato del PAN/PRD/PANAL quien propone la autonomía del departamento de agua potable para convertirlo en un organismo operador de agua potable con personalidad jurídica y patrimonio propio lo que, según su óptica, permitiría a este organismo gestione recursos de manera independiente; acá el problema será sanear primero al departamento de agua potable y hacerlo en el entendido de que, hasta el momento, ninguno de los organismos operadores de agua potable de la Ciénega ha logrado ser auto sustentable lo que implicaría que la pretendida “autonomía” de este departamento no lo convertiría sino en una entidad par que estaría solicitando continuamente empréstitos a la alcaldía.
Ya en la calentura de la contienda política los dimes y diretes a través de las redes sociales y de los medios locales se han destapado en serio entre los equipos de los candidatos que han hecho las delicias de los observadores electorales con sus memes, reflexiones y bromas a granel.
El que de plano ya le entró al tema medular de la campaña fue el presidente del PRI estatal Agustín Trujillo quien reviró a la acusación panista y señaló que fueron los propios panistas quienes con sus acciones durante la jornada electoral del 7 de junio pasado provocaron la anulación del resultado y, desde otro foro y otra óptica el candidato de Movimiento Ciudadano Javier Barragán de plano preguntó a los cuatro vientos que dónde había quedado el dinero que la anterior administración se había a horrado en las obras de mala calidad que se realizaron en diferentes locaciones de la ciudad.
Cierto que algunos actores políticos, no necesariamente los candidatos a la alcaldía, ha cuestionado al alcalde interino de Sahuayo Marco Vinicio Ávila pero también es cierto que el ex tesorero suplente tiene algo de culpa pues resulta que a esta fecha, no haya dado a conocer de cuánto es la deuda que se heredó de la administración 2012-2015 de la que él fungió como responsable de las finanzas desde la salida de Armando Tejeda como aspirante a la alcaldía.
Puede ser que realmente no lo sepa o en un acto de buena voluntad esté evitando dar a conocer las cifras para no desmoralizar a los aspirantes pues de acuerdo a analistas locales las cifras de esta deuda podrían dejar escaso margen de operación a la administración que comenzará en funciones en enero del año entrante.
Franceses de la Ciénega.
Cierto, es lamentable lo ocurrido en Francia, sin embargo el mexicano se caracteriza por no tener memoria y mientras en las redes sociales cientos de cienegueños han cambiado su foto de perfil con el filtro del pabellón francés los viejos historiadores sacan los legajos para hacer entender a los pobladores los agravios recibidos en esta parte del estado por las tropas galas y sus mercenarios durante la segunda intervención.
Cierto, en Jiquilpan concretamente hubo habitantes adherentes al imperio francés y hay familias que muestran orgullosas los vestigios de la sangre europea en rostros y ojos pero ¿y nuestros muertos y nuestros, nuestros desaparecidos, esos no cuentan?