¿Más claro?
José Luis Ceja Guerra.
En un priismo cienegueño tan dado a la tranza, la simulación y la traición, la advertencia de Marco Polo Aguirre, presidente del Comité Directivo Estatal, de que el que traicione se va, cayó como balde de agua helada en el ánimos de priistas que antes traicionaron y pretendían regresar.
En la reunión sostenida con dirigentes y militantes priistas de esta región quedó claro que la unidad no es lo de los priistas pues cada municipio trae sus propias fisuras lo que quedó de manifiesto cuando todos y cada uno de los oradores y participantes hicieron de la unidad su principal llamado.
Lo cierto es que eso de que quienes traicionen serán expulsado se había tardado por lo menos dos procesos electorales municipales aunque ahora falta ver quién le pone el cascabel al gato.
De todos es sabido que distinguidos priistas como el ex regidor suplente en Jiquilpan Jorge Armando Peralta Alfaro, la ex pre candidata a la presidencia municipal de Jiquilpan Teresita Munguía y el ex oficial mayor Oscar Herrera traicionaron de forma visible al PRI al negociar apoyos y posiciones con los gobiernos perredistas de Francisco Mora y Francisco Álvarez.
En el caso de Peralta Alfaro negoció a través de la organización política-social Movimiento Renovación Siglo XXI y Teresita Munguía a través de Mujeres Unidas por Jiquilpan, ambas organizaciones, decían, fundadas con la finalidad primordial de apoyar causas nobles de esta ciudad; en lo que hace a Oscar Herrera, ese sí se fue solo al perredismo.
Lo curioso es que en las cercanías de los procesos internos del PRI en Jiquilpan falta ver si alguien del priismo local impide que regresen a hacer de las suyas.
Otra fisura que quedó manifiesta fue la que se señaló cuando se supo que se pretendía imponer a Clemente Covarrubias como candidato del PRI a la alcaldía de Jiquilpan, si bien Clemente Covarrubias es un activo social importante en la tierra de Los Cárdenas, al interior del PRI local carece de peso, de apoyo y de grupo político pues se rumora que este galeno dedicado desde hace años a la filantropía es la apuesta del legislador federal Salvador Romero que, por cierto no estuvo presente ni envió representante a este reunión.
En Sahuayo también se cuecen habas pero allá no lo hacen tímidamente y de plano un militante encaró a Marco Polo Aguirre para decirle que el presidente del comité local de ese municipio carecía de la capacidad para llevar a buen puerto a ese comité, calificación que se extendió a Gerardo Acevedo quien previamente había sido nombrado como delegado distrital al que acusaron de dividir, aún más al priismo sahuayense.
Curiosamente, dicen, el presidente del PRI en Sahuayo fue impuesto por el legislador federal plurinominal Alfredo Anaya, el coordinador distrital por el grupo de Blanca Villaseñor, también diputada federal plurinominal lo que indica que si el diputado federal por mayoría Salvador Romero quiere tener presencia en Sahuayo tendrá que negociar con Gustavo Orozco o alguien más a riesgo de que se acaben los boletos de esta triste rifa.
En Venustiano Carranza la cosa no anda tan diferente pues de todos es sabido que el grupo en el poder está pugnando porque el actual tesorero Julián Rosas deje los dineros públicos y le entre a la contienda, por el otro lado el grupo de los Amezcua Alejo parece ser que mandará a su mejor gallo y si bien, Miguel Amezcua Alejo es un político de sobra conocido en su pueblo, tal vez sea esa la ventaja que tendría Julián Rosas para continuar con la hegemonía del grupo del alcalde Nicolás Cibrián al que por cierto ya le están endulzando el oído con la posibilidad a la diputación local, lo malo es que la misma persona le “vende” la misma historia a Froylán Zambrano y Jorge Ochoa, presidentes emanados del PRI de Villamar y Pajacuarán, respectivamente.