José Guerra, Pueblo Viejo, Venustiano Carranza
Caprinocultores de la región Ciénega muestran preocupación ante la falta de un órgano que regule el precio de compra de la leche que al momento está sujeto a las decisiones de los compradores.
En ese sentido, Martín Dueñas de la región de Pueblo Viejo de este municipio destacó que pese a que a través de la Brigada de Educación para el Desarrollo Rural de este municipio los productores se han sometido a capacitaciones para mejorar las prácticas de producción ello no se ha visto reflejado en un incremento en la economía de cientos de familias de este y otros municipios debido a que los compradores no toman en cuenta estos factores para poder incrementar el precio de compra.
También, dijo, la mayoría de estos “ruteros” son en realidad intermediarios que compran la leche de cabra a pie de rebaños para revenderla a procesadoras como Coronado para la producción de cajeta de leche de cabra, la acción de estos intermediarios impide que los productores puedan negociar un mejor precio: “Si los molestas nomás te dejan la leche en las cántaras y no la vendes porque si no es a ellos no puedes venderla, tendría que poner el gobierno una oficina que le diga a estas empresas a cómo tienen que pagar la leche y que se hiciera el trato directamente con nosotros”.
Ejemplificó que con la compra-venta de leche de vaca de alguna manera la paraestatal Liconsa es la que establece el precio lo que le permite a los productores hacer un estimado de su margen de ganancia: “Pero acá con nosotros no se sabe, hoy me pagaron a un precio pero mañana no sé si me van a dar más o menos por la leche”.
Destacó que si bien a través de la Brigada de Educación para el Desarrollo Rural se han implementado talleres y capacitaciones para dar valor agregado a la leche a través del procesamiento y elaboración de quesos y cajetas todavía queda un trecho muy lejano para que esta nueva actividad pueda satisfacer las necesidades económicas de los productores.