José Guerra/Jiquilpan.
En los primeros minutos de este jueves arranca el ritual en honor al Niño Dios por parte de la comunidad indígena de Totolán con la preparación de las enramadas y la danza de Los Negros de Totolán.
De acuerdo a Roque Ábrica, integrante de esta comunidad indígena que se ubica dos kilómetros al sur de la cabecera municipal de Jiquilpan, es la noche del 23 de diciembre arranca la primera de las enramadas que está a cargo de uno de los integrantes de la Santa Mesa, organización de cofrades que emula a los 12 apóstoles.
La de la noche del 23 de diciembre corresponde al Chichihua, que este año correspondió a Alejandro Hurtado quien lo tenía solicitado desde el año 2 mil; la tradición indígena refiere que a las 12 de la noche del 23 de diciembre la imagen del niño es traslada de la casa del carguero Cichihua a la pequeña cabaña de madera donde es velado toda la noche y a los asistentes se les regala algún refrigerio principalmente tamales y atoles que preparan la familiad el carguero.
En punto de las 7 de la mañana la imagen es trasladada al santuario de la comunidad para que sea celebrada la santa misa y mientras en el atrio del santuario se reparten más tamales, ahora de las viandas que llevan los propios voluntarios que asisten a la celebración y a la ejecución de la Danza del Pañuelo.
Pasadas las 4 de la tarde del 24 de diciembre, la gente se congrega en el antiguo camino real que viene de Jiquilpan y es que, de acuerdo a la tradición oral de esta comunidad, por ese camino llegó hace muchos años un puñado de esclavos que habrían ofrecido quedarse a adorar al Niño Dios de esta comunidad indígena.
Es de destacar que aunque la vestimenta es similar y las máscaras guardan casi la misma confección, las concepciones de esta tradición y la Danza de Los Negros de Jiquilpan son opuestas pues mientras en Totolán se les da una connotación de hermandad entre Negros e Indígenas, en Jiquilpan la danza representa la distancia entre la comunidad indígena de la cabecera municipal y los esclavos de la hacienda de Huaracha.
Arrancan las enramadas de los cargos indígenas en honor al Niño Dios
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